Son varios los testigos de eventos extraordinarios que aseguran haberse encontrado con ya no solo un objeto extraño descendiendo del cielo, sino también sus ocupantes. Entre las variopintas descripciones, encontramos varios que parecen androides o robots. ¿Acaso las limitaciones del viaje espacial para la vida biológica han propiciado el lanzamiento exploradores robóticos al espacio? No hay una respuesta todavía, pero sí relatos de lo más curiosos.
Por ejemplo, del año 1965 tenemos un informe extraño dado por el locutor de radio James Towsley, de la estación KEYL, en Long Prairie, Minnesota.
El testigo dice que el 23 de octubre de 1965 conducía por un tramo remoto de la autopista 27 aproximadamente a las 7 de la tarde cuando llegó a una curva y notó un “cohete” plantado justo en el medio de la carretera, que medía alrededor de 30 pies de altura y unos 10 pies de diámetro, apoyado sobre un conjunto de aletas que hacían de “patas” o tren de aterrizaje.
Debajo de este aparato había varios objetos que describió como “latas”, de alrededor de 6 pulgadas de alto y dotadas con unas pequeñas patas en forma de trípode sobre las cuales se movían. Towsley describe así su encuentro surrealista:
“Estaban de pie en un gran círculo de luz debajo de la nave. Frené mi coche porque iba a atropellar a uno, en ese instante se apagó el motor, entonces vinieron hacia mí. Llegaron hasta el coche. Eran tres de ellos. No tenían ojos ni nada. Solo esas patas de trípode y los brazos finos como un fósforo. Eran como latas, del tamaño de una lata de cerveza.
Iba a tomar uno, pero luego pensé que si podían detener mi auto y apagar mis luces, podrían hacerme algo horrible. Así que nos quedamos allí, mirándonos el uno al otro y luego se dieron la vuelta y se metieron debajo de la nave. La luz era tan brillante que no vi adónde fueron. Luego hubo un zumbido agudo y el aparato despegó. Subió alrededor de un cuarto de milla, se detuvo por un momento y luego desapareció.
Cuando las luces en la parte inferior se apagaron después de que estaba en el aire, la radio y las luces de mi auto se encendieron, y mi motor arrancó sin tener que tocar la llave. Manejé a 90 millas por hora de regreso a Long Prairie para informar lo que vi, pero me preguntaba si la gente me creería. Estaba seguro de dos cosas: el cohete (se elevaba sobre los árboles a lo largo del camino) era una nave espacial de algún tipo y los tres objetos que salían de él eran criaturas como ninguna otra cosa en el mundo animal que haya visto. Definitivamente no eran personas como yo las conozco”.
El informe llevó a la policía a investigar el área, donde encontraron lineas de una sustancia similar al aceite inexplicablemente esparcidas por la carretera, pero nada más.
Este es uno de los casos, pero en esta emisión de Historias Para Dormir compartimos varios más. Míralo ahora en YouTube: