La semana pasada estuve nuevamente en Chile. En los últimos años he visitado el país vecino al menos 2 veces al año, y cada vez que cruzo la cordillera me encuentro con una cantidad apabullante de eventos extraordinarios. OVNIS de chapa y tuercas, luces en la noche, humanoides altos y otros de características muy cercanas a los “duendes”. Todo en relatos, fotografías y videos que aseguran haber interactuado con estas expresiones de una realidad que se desdibuja cada vez más.
Seamos sinceros, ninguna de estas personas tiene algo para ganar en todo esto. Como mucho, serán capaces de sacarse la mochila que significa mantener el silencio por el miedo a ser señalados, pero tampoco funciona de esa manera. Hablar del tema no te blinda contra la mala saña de algunos desprevenidos que piensan que hacer un chiste sobre el evento (muchas veces traumático) de otro, es algo inteligente de hacer.
En este viaje la excusa fue realizar el Cónclave Ufológico 2025 (primero en su tipo); algo de lo que voy a hablar en otra entrada. Pero la realidad es que (otra vez) me encontré fascinado con la cantidad y calidad de casos. Sin ir más lejos, en la primera parada para almorzar en la ruta, pude hablar con una camarera que me contó como su familia se ha cansado de ver extrañas luces en el mismo cerro en el que habitan y que viene a estar, convenientemente, frente al restaurante en el que trabaja.
Podría seguir describiendo casos y relatos, pero creo que es mejor que veas el video blog de viaje que resume casi todo lo sucedido entre el 21 y el 23 de Marzo. Les puedo asegurar que vale la pena:
Deja un comentario