En este video vamos a repasar los capítulos 3 y 4, muy rápidamente, para meternos en lo más interesante de la serie de Obi Wan Kenobi: cómo de parecer un error en la saga, termina siendo uno de los contenidos mejor logrados (hasta el momento) por Disney.
Y tengo cosas objetivas que decir al respecto.
El capítulo 3 de Obi-Wan kenobi fue algo esperanzador. Más allá de que haya detalles que se podrían haber mejorado, creo que el odio que se ha mostrado en redes sociales a la serie en general responde a que hay mucha gente, con mucho tiempo y buenos teclados, tirándoselas de directores y productores de cine y TV.
Una cosa es la crítica de los fans, que se hace con buena leche, y otra muy distinta es ver titulares como “El desastre de Obi-Wan Kenobi” o “Disney arruinó todo”. Encuentro titulares en YouTube que incluyen “decepción” o “falta de emoción”, como si los capítulos 3 y 4 hubieran sido una bazofia y lo peor es que mucha gente se cree el análisis de estos super “productores” de canales que solo hacen reacciones en directo. Sí, mucha cara de “uhhh” o “buuuuh” (entiéndase la onomatopeya) pero que suman poco o nada a un análisis que tampoco es necesario. Es una serie, no es la cumbre por el cambio climático. No jodamos.
Volviendo al capítulo 3, se trata de un episodio de transición y crecimiento, donde vemos a los personajes viajar (literalmente) de un estado de casi letargo hacia el punto en que se dan cuenta de lo que realmente está sucediendo. Una vez, un psicólogo me dijo que “darse cuenta” significa “hacerse cargo” de algo. En este caso, Leia, que viene de ser la princesita real de Alderaan y Obi-Wan, que viene de vivir en una cueva en el desierto de Tatooine, se dan cuenta de que las cosas en la galaxia están tremendamente mal y, como pueden, con sus edades a cuesta, comienzan a hacerse a la idea de que deben tomar cartas en el asunto y, sí, hacerse cargo de lo que a cada quien corresponde.
Leia se une a Obi-Wan en el paso por el planeta al que llegan y lo ayuda para ayudarse a sí misma. Así vemos que inventa la historia del padre y la hija Ordem y Luma, que necesitan un aventón porque están muy lejos de su origen, en un poblado de nombre Towl. Cosa que funciona perfectamente en la narrativa.
Obi-Wan, por su lado, tiene una revelación profunda y espantosa: ya no solo sabe que Anakin está vivo y que está tras sus pasos, sino que lo ve al ciento por ciento sumergido en el lado oscuro de la fuerza. Vader decide, sin remordimientos, matar hombres, mujeres y niños (como ya hizo alguna vez, aunque se los cuestionaba) con tal de infundir miedo y dolor en Obi-Wan.
Esto, en el estado que se encuentra el Jedi lo lleva a intentar escapar de su antiguo aprendiz, para eludir una confrontación que supongo (aunque queda bastante claro) le trae oscuros y dolorosos recuerdos.
Al final, se enfrenta a Vader por no quedar opciones y vemos que Obi-Wan está realmente disminuido en su uso de la fuerza. Aquello que le dijo a Bail Organa, que “ya no es el hombre que solía ser” queda demostrado con cruda claridad.
Vader, por su lado, usa a su antiguo maestro como un trapo de piso. Lo mira, calcula los golpes de sable láser y derrota sin mayores problemas. De hecho, genera un fuego y arrastra con la fuerza a Obi-Wan hacia él, en una escena en la que vemos como se toma revancha de las quemaduras que recibió en Mustafar, quemando al mismísimo Kenobi.
En ese instante vemos a Vader dudar. Dicen por allí que es porque le teme al fuego, pero sabemos que el lord Sith tiene un traje que lo hace casi indestructible así que la escena queda abierta a interpretaciones. Para mí, y es opinión personal, el miedo, las dudas y los conflictos del lado oscuro que gobiernan a Anakin en su peor momento lo llevan a dudar de todo lo que está haciendo, dejando que su antiguo maestro escape. Si, porque el gran Vader es un tipo conflictuado, desde siempre, y en eso se mantiene de manera magistral su historia.
Al fin y al cabo, la frase de este episodio es la respuesta a la pregunta de Obi-Wan: ¿En qué te has convertido?. Vader responde con un terrible: “Yo soy lo que hiciste de mí”.
En el capítulo 4, que vi mientras desayunaba en la mañana del miércoles, vemos la profundización de todo lo que notamos en los primeros dos episodios.
Kenobi despierta en bacta y se escapa del tanque que lo mantiene en tratamiento para preguntar por Leia y, al enterarse de que la han capturado los inquisidores, decide ir él solo a buscarla a la luna donde se erige la base central de operaciones de estos, en el sistema Mustafar.
El capítulo en general es estupendo. Tanto si lo vemos como parte de la historia narrada por los 3 anteriores, como si lo vemos como un caso aislado, funciona como bisagra. Aquí, Obi-Wan recupera un poco de esa heroicidad que vimos en las guerras clon. De a poco, como es de esperarse para un tipo (por muy Jedi que sea) que hasta hace unos días vivía en una cueva, deprimido al punto que casi no se bañaba.
Lo vemos practicar con una pequeña pieza que intenta mover con la Fuerza, y apenas logra hacerlo. Obi-Wan está muy fuera de forma y todos lo sabemos.
También, vemos cómo crece el personaje de Reva en el contexto de los inquisidores. Quizás no lo vimos venir, pero en su profunda discordia interna, Reva termina siendo un personaje muy humano: llena de trampas, engaños y cierta propensión a los extremos, como un usuario del lado oscuro se supone que debe ser. Digo, siquiera duda en poner a la pequeña Leia en la cámara de torturas en cuanto nota que es poderosa en la Fuerza.
Regresando a Kenobi, es perturbador su hallazgo en el cuartel general de los Inquisidores: allí guardan los cuerpos de (al menos) decenas de sensitivos a la fuerza e incluso Jedis, como el maestro Tera Sinube, o un younglin o pequeño padawan. Sí, Disney nos ha mostrado un younglin muerto encerrado en una especie de ambar. Así que, si querían cosas crudas, no me imagino nada peor en el contexto de Star Wars.
Kenobi, poco a poco, vuelve a entrar en comunión con la Fuerza, pero adopta una postura más cercana a la del viejo sabio, que sabe cuándo enfrentarse a sus enemigos y cuando no. Se mueve con sigilo, distrae a los stormtroopers y solo saca el sable de luz en la oscuridad de la cámara de torturas para matar a los custodios de Leia. Sí, la luz azul del sable de Ben es la diferencia entre la vida y la muerte, la libertad o la tortura.
El mismo Kenobi hace una demostración de cómo va mejorando con sus habilidades en medio del escape, en un pasillo, conteniendo el agua del mismísimo océano que se filtra por un vidrio roto. Quizás, los protagonistas deberían haberse mojado un poco en esta escena, pero dejando de lado esto, volvemos para el final con un intento de escape desesperado junto a Tala, por la puerta principal que, por supuesto, termina muy mal, con los protagonistas rodeados.
Se puede discutir si es demasiado conveniente que un par de airspeeders T-47 justo lleguen a salvarlos y sacarlos de allí, pero hemos visto este tipo de escenas mil veces en Star Wars.
Cuestión que el capítulo 4 termina con dos cositas clave: por un lado vemos a un Vader desatando su ira contra Reva, quien salva su vida explicando que ha plantado un rastreador que los llevará a desbaratar la iniciativa de cuidado de los seres sensibles a la fuerza conocida como “El Camino”.
Por el otro lado, vemos una tierna escena en la que Leia toma la mano de Obi Wan, dándonos a entender que esa frase del Episodio IV: “Ayúdame Obi Wan Kenobi, eres mi única esperanza” viene directamente de los recuerdos de estos eventos.
La verdad, ver tanto odio hacia esta serie me hace pensar en qué se supone que está sucediendo. ¿Acaso es que la comunidad de Star Wars realmente está insatisfecha con la serie, o es que los titulares catastrofistas generan más visualizaciones?
Personalmente, y habiendo crecido con las películas originales, estoy muy feliz en ver cómo están tratando la historia desconocida del bueno de Ben Kenobi. Es todo lo que podía esperar y quizás un poco más.
Pienso que muchas personas esperaban una historia narrada en tono épico, grandilocuente. Pero sucede que estamos en un momento de la línea de tiempo de Star Wars donde los héroes han sido obligados a pasar a la clandestinidad, un instante en que la oscuridad, el miedo y el dolor arrasan todo a su paso. Eso, creo que queda muy bien reflejado hasta ahora en Obi Wan Kenobi. Mi serie favorita, incluso diría, por sobre el Mandaloriano.